Una empresa ubicada en los alrededores de Madrid alquiló un espacio de su parcela, junto a la nave industrial, para que Xfera/Yoigo (ahora MásMóvil) instalase una estación base de telefonía móvil. La instalación era del tipo rural: caseta, torre de celosía y vallado perimetral.

Hace unos años, la operadora empezó a hostigar a la empresa con cartas y misivas amenazantes para que se aviniesen a dejarse bajar la renta arrendaticia. Las coacciones eran siempre las mismas: la crisis ha hecho que el emplazamiento deje de ser rentable y para continuar en él, la propiedad debe dejarse bajar la renta que cobra.

Ante tal acoso, los propietarios de la empresa decidieron buscar asesoramiento técnico y legal. La situación empezaba ya a desbordarles. Y dieron con Solitel.

Lo primero que se hizo fue el informe técnico. Los ingenieros y asesores de Solitel necesitaban saber, en primer lugar, si la operadora estaba cumpliendo escrupulosamente el contrato y sus pactos. Tras ello, ya se decidiría qué hacer y qué pasos dar en defensa del cliente.

Del informe se desprendió el total cumplimiento por parte de Xfera/Yoigo (ahora MásMóvil) Esto, que siempre es bueno, desgraciadamente no da fuerza a los propietarios para defenderse de los ataques de la operadora.

Se emprendió una serie de comunicaciones con el departamento de ubicaciones de Xfera para intentar zanjar el acoso y derribo al que se veía sometida la empresa. No funcionó porque Xfera volvía a la carga. En cada envite, Solitel se hacía cargo de la situación, redactando las respuestas. Hasta ahora han sido varias las intentonas de Xfera de bajar la renta y otras tantas las veces que Solitel ha defendido los intereses de su cliente. ¡Con éxito!