No hay muchas azoteas en España donde estén las cuatro operadoras de telefonía móvil. Una, dos o tres a lo sumo es normal, pero las cuatro es más bien excepcional. Esta comunidad de la Playa de Castelldefels, al sur de Barcelona, sospechaba algo, pero era incapaz de tener certezas, máxime cuando tiene solo dos contratos de alquiler. Si se descubría que estaban las cuatro operadoras, estaría claro cada arrendaría qué zona y equipos tenía asignada en la azotea. Pero respecto a las otras dos subarrendatarias, ¿cómo estarían distribuidas en la azotea?, ¿quién sería subarrendatario de quién? Ahí hacía falta subir con un analizador de espectros y barrer todas las bandas de la telefonía móvil para ver de cada antena qué operadoras emitían señal. De este modo se podría exigir el aumento de renta que por la LAU corresponde a la comunidad arrendadora. La comunidad contrató a SOLITEL y subimos a la azotea con el analizador a barrer todas las frecuencias de la telefonía móvil. De este modo pudimos decir quién era subarrendador y quién subarrendatario de quién. Gracias al emparejamiento que dictaminó SOLITEL en su informe, se pudo reclamar el incremento de renta que correspondía.