El sector de la telefonía móvil se mueve
Las operadoras de móviles compran empresas de cable para posicionarse en el sector global.
Cuando el sector de las telecomunicaciones móviles se liberalizó en el año 1994 con la aparición de AIRTEL (la actual Vodafone) nadie hubiese podido asegurar que llegaría el día en el que las conversaciones telefónicas móviles serían el chocolate del loro de un negocio que empezó así: trasegando conversaciones de voz entre personas.
En aquellos primeros años, los abonados usábamos el teléfono móvil como lo hacíamos con el fijo: para hablar, conversar, darnos recados, etc. Como mucho podíamos enviarnos mensajes de texto cortos (los SMS cada vez más en desuso con la aparición de servicios como el “WhatsApp”) Con el devenir de las tecnologías móviles, las operadoras empezaron a percatarse de que el negocio no estaba en la voz (las conversaciones). Estaba en los datos. Por eso, tras la primera tecnología móvil digital, el GSM o 2G, se lanzó el GPRS y el DCS1800 o 2,5G. Pero las operadoras y empresas de desarrollo de aplicaciones iban lanzando al mercado servicios de valor añadido que necesitaban de más y más ancho de banda. Por eso salió el UMTS o 3G y, más recientemente, el LTE o 4G.
Sin embargo, en un mundo que tiende a la globalización y a la concentración, ser operadora solo de tecnología móvil ya no es suficiente. Hay un sector enorme y muy goloso que es el de los servicios fijos. Cada uno sirve para una cosa: la telefonía móvil para estar comunicable allá donde no hay posibilidad de comunicación fija o por cable, tanto para voz como para datos; la telefonía fija para estar comunicable desde casa o el trabajo y poder igualmente transmitir y recibir voz y datos (aquí sumamos la conexión de los ordenadores y de los aparatos de TV)
Las operadoras no tardaron en darse cuenta de las sinergias que se creaban al sumar la tecnología móvil y la fija y de las ventajas económicas que les podían reportar el ofrecer servicios de fijo más móvil. Ya no se limitarían a dar altas de usuarios móviles, también podrían tener abonados de internet fijo (el ADSL) y de TV.
El problema para poder convertirse en un operador global móvil+fijo es que hay que contar con ambas infraestructuras: estaciones base y repetidores en azoteas y torres en el campo y kilómetros y kilómetros de cable y de fibra óptica por el subsuelo de las ciudades. Si desplegar toda una red de estaciones base por las azoteas de España resulta una inversión multimillonaria, no lo es menos zanjar las ciudades para enterrar por sus calles los cables que hacen falta para llegar a todos los hogares.
Las cuatro operadoras de telefonía móvil de España, MoviStar, Vodafone, Orange y Yoigo son las únicas que pueden optar a ser operadoras globales móvil+fijo. De ellas, la que empezó con clara ventaja fue MoviStar, pues contaba con todo el cable que Telefónica de España, su matriz, tenía tendido por España. De hecho, un 98% de las estaciones base de telefonía móvil de MoviStar están enlazadas con su red de transmisión por cable y no por radioenlace, como les toca hacer a Vodafone, Orange y Yoigo.
No es, pues, de extrañar que haya sido MoviStar, con su servicio “Imagenio”, el primero en ofrecer telefonía móvil, fija, internet y TV de forma global y única. Con ello, como es lógico, puede ofrecer ofertas económicas atractivas para el potencial cliente. Las otras tres operadoras tenían que reaccionar para no descolgarse de su competidora, y número uno en el sector, MoviStar.
Y la primera en hacerlo fue Vodafone. Para ello tan solo tenía que echar un ojo a las empresas de cable de España y rascarse el bolsillo. En marzo de 2014 optaba por hacerse con la empresa ONO por 7.200 millones de euros. Con esta espectacular compra, Vodafone se posicionaba como la segunda operadora global en poder ofertar móvil+fijo+internet+TV de modo unificado y con gran ancho de banda. Esta operación sumaba a los 14,7 millones de abonados móviles, los 1,9 millones de clientes de fibra de la cablera. Un punto que sin duda se habrá tenido en cuenta es que ONO llega a 7 millones de hogares con banda ancha, mientras que Telefónica lo hace a 3,5 millones. Con ello, tras el despliegue del 4G móvil, suma la oferta de cable para poder competir con el servicio Imagenio de MoviStar.
Esta estratégica operación no pasó desapercibida a la tercera operadora nacional de móviles: France Telecom (Orange). La operadora francesa estaba obligada a replicar con otra atrevida adquisición, y apenas había novias para este nuevo matrimonio. Así, era de cajón que Orange se centrase en Jazztel. La operación se cifra en 3.400 millones de euros y se cerrará en 2015. Con ella, Orange espera desplazar del segundo puesto global a Vodafone.
Con estas compras mil millonarias, quedan aparcadas aquellas que en su día tenían como objetivo a la pequeña Yoigo. Jazztel ya estuvo planteándose la compra de Yoigo, así como más recientemente se lo estuvo planteando Orange. Por el momento, a la cuarta operadora de móviles española le han desaparecido los novios. Va a tener que seguir sola y viendo cómo cada vez se le van alejando más las otras tres.
Los gurús del sector ya vienen vaticinando que la concentración es el único fin posible para el sector en Europa (y en el mundo) Los pequeños no podrán sobrevivir solos y los grandes cada vez lo querrán ser más. Parece claro que Yoigo acabará desapareciendo del sector español absorbida por cualquiera de las otras tres. Primero habrá que dejar pasar un tiempo hasta que digieran estas comilonas que, entre otras cosas, van a suponer nuevos despidos de personal. En Europa quedarán tan solo cuatro operadoras globales: la alemana Deutsche Telekom, la española Telefónica, la británica Vodafone y la francesa France Telecom.
Todo esto, sin duda, es bueno para el abonado. La concentración de servicios permite su abaratamiento y la atención técnica. Cada vez va a haber más y más servicios de valor añadido que necesiten de gran ancho de banda. Y todos, en especial la población más joven, va a querer tener acceso a ellos. Y se van a ofrecer de modo móvil y fijo. Podemos ver la TV en el móvil y contratar cualquier servicio desde el móvil, o el fijo o el ordenador. Las posibilidades son inimaginables y las operadoras quieren poderlo ofertar todo.
Por eso, este sector está en continuo movimiento. Estemos atentos.