ANTENAS DE TELEFONÍA MÓVIL: MIMETIZACIONES RURALES Y CALLEJERAS
Primera parte de un estudio sobre la manera de ocultar o disimular antenas de telefonía móvil por los campos y las calles.
En un artículo que publicábamos en junio de 2014 titulado ORDENANZA MUNICIPAL DE ANTENAS (1) (ver https://www.estacionbase.com/ordenanza-municipal-de-antenas/) abordábamos los aspectos arquitectónicos de las disposiciones que han editado casi todos los ayuntamientos españoles tendentes a ocultar, disimular y hacer más imperceptibles las instalaciones de telefonía móvil en las azoteas. La preocupación de las corporaciones municipales era, y sigue siendo, acallar el clamor popular contra esta tecnología y sus posibles efectos perjudiciales e insalubres (ver https://www.estacionbase.com/antenas-de-telefonia-movil-y-salud/) En definitiva, hacer bueno el dicho “ojos que no ven, corazón que no siente”.
Pero no solamente hay antenas de telefonía móvil (estaciones base) en las azoteas de nuestras ciudades. Los entornos urbanos cada vez más van a ser cubiertos desde el mobiliario urbano. Y el próximo e inminente 5G va a dar buena cuenta de ello. ¿Y qué pasa con los entornos rurales, las carreteras y autovías, las líneas férreas, etc.? En estos casos, las antenas de telefonía móvil no se pueden instalar, lógicamente, en azoteas. Para ello se usan torres. Y estas torres pueden ser todo lo aparatosas que se desee o todo lo disimuladas que se quiera.
En este primer estudio sobre ocultación y mimetización de instalaciones de telefonía móvil, nos vamos a centrar en los entornos que no pueden disponer de azoteas. Son aquellos lugares donde, o bien no hay infraestructura alguna (el campo) o bien se necesita refuerzo de señal telefónica y no basta con las azoteas cercanas (las calles muy transitadas).
El campo, el entorno agrario y rural, también necesita cobertura de telefonía móvil. En él, aunque en bastante menor medida que en las ciudades, también hay usuarios y abonados de operadoras de telefonía móvil. Por él pasan todas las vías de comunicación de un país: carreteras y ferrocarriles. Y la telefonía móvil justamente da comunicación en movilidad, mientras nos desplazamos de un punto a otro. Por tanto, para las operadoras de telefonía móvil se hace necesario cubrir y dar servicio a aquellos abonados que transitan y viven en estos entornos menos poblados. De aquí surge el término de “estación base rural” en contraposición a “estación base urbana”.
El elemento más sobresaliente y visible de una estación base rural es su torre. La altura de la misma va a depender de la cota a la que se construya la estación base rural de telefonía móvil. No es lo mismo instalar unas antenas en un llano de la meseta castellana que en una zona montañosa de Asturias. Para ganar altura en Castilla hace falta poner una torre de treinta metros o más de altura, y para dar cobertura desde un monte en Asturias bastará con que la torre tenga diez metros. La cota de elevación o nos la da el terreno o la conseguimos con altura de torre. Y la altura da alcance de la señal de telefonía móvil. A más altura, más alcance (zona de cobertura).
Las torres también pueden mimetizarse y disimularse. Incluso se pueden hacer pasar por lo que no son. En la siguiente fotografía se puede apreciar una torre de una estación base ubicada en un club de campo del entorno de Madrid.
Parece de todo menos una torre de telecomunicaciones. Las antenas de telefonía situadas en el tope de la torre han sido ocultadas por un panel cilíndrico con el anagrama del club. Es, pues, un cartel publicitario. Una persona lega en la materia jamás sabrá que se trata de una estación base del tipo rural.
La imaginación del hombre, y por tanto las soluciones que puede llegar a adoptar para disimular una torre, no conocen límites. En el siguiente ejemplo podemos ver una torre de telefonía móvil que da cobertura a una carretera cercana a la ciudad marroquí de Marrakech. Como no podía ser de otra manera, la torre ha adoptado la forma de una palmera del desierto.
Puede que el tronco deje bastante que desear, pero las hojas verdes que rodean a las tres antenas de telefonía móvil están muy logradas. Lo importante es que, desde lejos, la estructura da el pego y parece de verdad una palmera datilera. De ella jamás recogeremos dátiles pero a su sombra podremos mantener interesantes conversaciones móviles.
Pero los tipos de árboles de telefonía móvil no acaban aquí. Veamos otro ejemplo visto en Alemania cerca de la ciudad de Ravensburg.
Como se puede apreciar, la telefonía móvil puede adoptar mil y una caras para pasar desapercibida en entornos rurales. Quién sabe si alguna vez habrá dormido la siesta a la sombra de una buena antena.
Pero como comentábamos al inicio del presente artículo, no solo se usan estructuras del tipo torre en el campo. En las calles de nuestras ciudades también surgen estructuras que soportan antenas de telefonía móvil. Bien pueden usar elementos del mobiliario urbano ya existentes, bien pueden constituir uno nuevo. Del primer caso presentamos una antena de telefonía móvil instalada en un báculo de iluminación del paseo marítimo de Palma de Mallorca.
El equipo de radio está a mitad altura y las antenas de telefonía móvil y de radioenlace están justo antes de la curva del báculo. Esta zona de Palma de Mallorca soporta mucho tráfico telefónico y hay que reforzarlo con estaciones base que no estén en azoteas.
Del segundo caso presentamos una torre de telecomunicaciones a la que se ha añadido una luminaria que alumbre el tramo de calle donde se encuentra ubicada. Es una instalación de telefonía móvil en el entorno de la ciudad del artista fallero de Valencia.
Se puede apreciar que arriba del todo están las antenas de telefonía móvil ocultas bajo un cilindro blanco. Por debajo está la pequeña antena de radioenlace y la luminaria.
Con todas estas fotos hemos pretendido dar una idea de las mimetizaciones rurales y callejeras que las diversas operadoras de telefonía móvil adoptan para hacer más imperceptibles sus estaciones base. En un siguiente artículo abordaremos la mimetización en estaciones base urbanas: las de las azoteas.